3 mar 2010

Historia II - Una Flor en el Desierto: Capítulo Cuatro

Capítulo Cuatro: Ella - La Quimera de Xing

Sus ojos se encendieron como faroles en una ciudad completamente obscura. Movió la nariz como tratando de olfatear algo. Al parecer lo único que logró captar no era lo que quería, ya que puso cara de asco. Más tarde se paró, se sacudió la ropa para sacarse el polvo de estar recostada en la calle, y dio una mirada general del lugar. Enseguida se cruzó con la mirada de un hombre corpulento con cara de estúpido. La primera impresión le hizo sobresaltarse, pero no pudo evitar luego sonreír. El que parecía ser un policía tardó unos minutos en darse cuenta de a quién podrían pertenecer esos luminosos ojos negros.

La chica gritó “vaca” pronunciando de forma extraña la C, y, pegando un salto, terminó colgada de una ventana del segundo piso de la casa que tenía al lado. Desde ahí saltó hacia la ventana del tercer piso de la otra casa que formaba el callejón, y luego hacia los techos. El hombre llamó a más policías, y juntos trataron de seguirle el rastro en vano. Ella cerró un ojo y se abrió el otro a la fuerza mientras sacaba la lengua, presentando una mueca un tanto graciosa de burla. Después de eso se fue corriendo, siempre por el techo y las terrazas de las casas, de vez en cuando bajaba a algún balcón para llegar más fácilmente a alguna casa de otra cuadra.. Lo importante es que sólo estaba escapando, y no parecía causarle mucha molestia.

En varias partes de la ciudad ahora la gente podía ver en los faroles o en los árboles, también en las puertas de las casas, carteles como el siguiente:


Pero a ella no le importaba. Seguía saltando de una terraza a otra, sin preocupación alguna. Hasta que se frenó enfrente de un hospital que se encontraba al lado de un edificio destruido... Una imagen desagradable le vino a la mente, cosa que provocó que patinara -estaba haciendo equilibrio sobre la baranda de un balcón- y cayera a la calle. Logró aterrizar de pie, como si fuese un gato. El problema es que casi es arrollada por dos automóviles, de los cuales uno de los conductores no pudo evitar gritarle cosas que, por suerte para ella, no entendió.

Se dirigió corriendo hacia el hospital. Era un Viernes a la tarde-noche. Había olvidado por completo la especie de promesa que le había hecho al tal Norrek. En un instante su apariencia cambió, asemejándose ahora más a la de una amestrina común y corriente que a la de una inmigrante ilegal de Xing. Se paseó por todo el hospital, y, después de perderse varias veces, llegó a una habitación en donde el Coronel dormía plácidamente. Ella se sentó en una silla al lado de su cama, simulando ser una conocida suya. Lo miraba con cara preocupada, puesto que no sólo tenía las heridas de la noche anterior... Tenía algunos raspones poco graves, y otros pocos tajos importantes en la cara. Eso no podría haber pasado así como así en un sólo día, ¿o sí?

Esperó paciente a que despertara. Para ese momento, él abrió lentamente los ojos y la miró con una tranquilidad increíble y sin sorpresa alguna mientras ella estaba distraída contemplando la ventana.

- ¿Por qué viniste? -Preguntó en voz muy baja, más porque acababa de despertarse que por otra cosa.
- ¿¡Ehh!? -Ella se volteó sobresaltada, ya que se había acostumbrado al silencio de la habitación.
- ¿Estás acá desde hace mucho? -Siguió cuestionando, después de mirar el cielo y darse cuenta de que ya era la noche entrada.
- Una o dos horas.. -Contestó con un poco de timidez. Le ponía nerviosa hablarle estando él así de grave- ¿Estás.. Estás bien?
- No, pero me imagino que me recuperaré en unos días.. -Suspiró, e hizo lo posible por sentarse- No tenías por qué venir
- Te dije que iba a venir. Me habría sentido muy mal de no haberlo hecho después de dejarte ayer solo y malherido en medio de la calle
- Mmm..

Ambos callaron. Y se mantuvieron así, en silencio, por un rato largo.. Hasta que entró en la habitación un hombre bien alto, flaco aunque con buena musculatura, su pelo era de un dorado apagado, un rubio grisáceo, y sus ojos eran de un carmesí oscuro. Al ver a alguien así entrar tan de repente no pudo evitar ponerse toda colorada, enseguida volteó la cabeza y fingió estar concentrada en sus pensamientos. No le prestó ni el mínimo de atención a lo que hablaron Norrek y el hombre rubio, hasta que este último preguntó si eran primos, o eso creyó escuchar. Ella se giró hacia él, algo distraída.


- ¿Mmm? -Contestó idiotizada, cosa que probablemente el Coronel notó.
- Es sólo una pariente lejana que pasaba por Central -Mintió él con facilidad.
- Aah... -Quedó hipnotizado unos segundos con el suelo- Bueno. Me voy, no puedo estar un minuto más en este lugar
- El funeral es mañana por la tarde -Dijo Norrek de repente, sorprendiendo a Sen, quien no había escuchado la conversación entera
- Nos vemos allá entonces -La miró sonriente- Hasta luego, señorita

Una vez se marchó, Norrek la miró de reojo con una cara que trataba -inútilmente- de evitar ser risueña. Ella no dijo nada, aunque sí lo miró haciéndose la desentendida.

- ¿Tenés idea de cuánto tiempo vas a estar acá, en el hospital? -Preguntó, reapareciendo así el tono de preocupación en su voz.
- No sé, aunque no creo que esté mucho más.. ¿Por qué te interesa tanto?
- Mm.. En el tren me salvaste, ¿no? -Se puso el dedo índice en la pera, demostrando un estado pensativo- Traté de devolverte el favor y no me salió.. Supongo que tengo que hacer algo para reponerlo
- No es necesario -Se recostó, con el ceño ligeramente fruncido, y se quedó contemplando el blanco vacío de la pared que tenía enfrente- Seguro en cualquier momento se aparece alguna enfermera, y hay carteles de Se Busca en las calles con un dibujo tuyo... No sé si te enteraste
- ¿Me estás echando? -Dijo con una leve sonrisa desafiante y una ceja arqueada.
- Sólo te estoy avisando que, al ser este hospital exclusivo de la milicia, pueden atraparte fácilmente.. por más ágil que seas
- ..Está bien.. -Se paró y se dirigió hacia la puerta de la habitación, sin olvidar decir antes:- ¡Que te mejores!
- ... -Ella se fue, dejándolo solo con la mirada prendada en la puerta.

¿Cómo se habrá hecho esas heridas?
¿¡Quién era ese tipo de 15.000m!?
¿Y por qué me tratará así Norrek? (se llamaba así, ¿no?)
Yo sólo estoy tratando de devolverle el favor... ¿Está eso mal?

Continuó caminando por los callejones y los pasajes más oscuros, saltando a algún techo o terraza cada vez que era necesario. Mañana lo voy a visitar de nuevo se dijo decidida, con una amplia e inocente sonrisa en la cara...

Fin del Capítulo

__________________________

Por las calles le persiguen armados, y ella escapa feliz, sin importarle nada; parece ser que algo pasó en ese enorme edificio que está en el centro de la ciudad, todos en el hospital tenían el mismo uniforme; un hombre rubio y alto de ojos bordó puede ser normal en Amestris, ¿pero qué tal para una chica de Xing? Le llaman La Quimera, aunque.. ¿Es ella una quimera?

Próximo Capítulo: ["avances" más tarde]

7 feb 2010

Historia II - Una Flor en el Desierto: Capítulo Tres

Capítulo Tres: Él - Una defensa a la ofensiva

Cuando abrió la puerta lo vio recostado, con la cabeza apoyada sobre los informes que tenía que leer. Al principio creyó que simplemente se había quedado dormido, pero al acercarse se dio cuenta de que era más grave... Mucho más grave. El cielo se tornaba obscuro, su primer día de trabajo después de aquellas "cortas vacaciones", como lo llamaría cualquiera menos él, había sido complicado. Para empezar, le había costado horrores despertarse temprano, cosa que nunca, o casi nunca le sucedía. Estuvo toda la mañana pensando en sólo dos cosas, pero tan concentrado estaba con ellas que apenas pudo prestarle atención a lo que tenía que hacer. Al mediodía salió para dispersarse un poco y poder pensar más claramente, lo único que logró fue un segundo encuentro con esa chica de ropaje extraño... Y la poca información que pudo sacar de ella fue que era princesa de Xing, y que venía en busca de la Piedra Filosofal. Había olvidado su edad, su nombre si es que se lo había dicho, y cuál de todos los hijos del Emperador era. El hecho de haberse encontrado con ellos otra vez le producía un severo escalofrío por todo el cuerpo. Él era valiente, ágil física y mentalmente, una persona rápida y capaz... Pero esto iba más allá de él, a pesar de que aún no habían cruzado el dichoso muro, un sentimiento de inseguridad circulaba por él.

Salió exhausto del Cuartel, ni siquiera se había percatado de lo increíblemente raro que se estaba comportando el Teniente Fenrir. Fue caminando hasta su casa, mirando como un paranoico a todo el que pasaba. Caminaba lenta y cuidadosamente, como si creyera que pisando mal algo le podría caer encima. Siguió así, con toda la gente mirándolo extrañada, hasta que por fin su paranoia sirvió de algo... Un líquido transparente, igual al agua de no ser por su curioso verdor, caía por la calle inclinada desde un callejón al que no llegaba ninguna luz. Se acercó lentamente hacia el líquido, pero no llegó a estar ni a un metro cuando este salió despedido hacia el lugar de donde provenía.

- Buenas noches, Coronel -Se escuchó una voz femenina desde el callejón. Levantó la vista para ver de quién era.. para encontrarse con una bella y a la vez diabólica sonrisa, y unos brillantes ojos rojos. Justo después del vistazo general patinó con el mismo líquido que había visto anteriormente, cayendo ya dentro del callejón. Una mano delicada se le apareció de entre la oscuridad ofreciéndose para ayudarlo a levantarse. Él la retiró de un manotazo para pararse por sí mismo.
- No pudimos presentártela antes... -Dijo otra voz, esta con un tono más sensual. Provenía de una lujuriosa mujer de largo pelo oscuro, finos labios rojos, y ojos de un violeta intenso- ..Ella es Pride & Stuborness, una de los cuatro nuevos Homúnculos
- ¿Qué? -Preguntó Norrek estupefacto- ¿Cuántos son ahora?
- Siete, como en la Época del Acero -Suspiró- Lamento decirte que hoy no voy a poder presentártelos a todos.. Pero me imagino que te contentarás con conocerla a ella
- ¿Para qué volvieron? -Cuestionó de forma cortante. La tal "Pride & Stuborness" frunció el ceño, sin dejar de sonreír
- Qué pregunta más poco caballerosa, ¿no te parece? -Dijo en el intento de fingir no estar enfadada- Primero deberías presentarte ante mí, ya que yo ya fui presentada
- Vos no deberías existir, y el resto de ustedes deberían estar todos muertos -Siguió ignorándola. Ella arqueó una ceja demostrando superioridad.
- Somos Homúnculos, no es fácil terminar con nosotros..
- Eso deberías saberlo, Shiva -Volvió a hablar la de ojos violáceos.

Una vieja se asomaba desde fuera del callejón con mirada amenazante, sus ojos eran anormalmente violetas, al igual que la Homúnculo. En la vereda de enfrente se encontraba la misma niña del globo rojo de esa mañana. Definitivamente, lo tenían rodeado. Dio un vistazo rápido hacia los techos de las casas que lo rodeaban, sin mover la cabeza un centímetro. Pudo ver una sombra extraña que se movía ágilmente de una terraza hacia otra. Después de unos segundos logró identificarla, era la chica de Xing. Ella giró su cabeza hacia donde se encontraba él, haciendo que se chocaran sus miradas. Desapareció inmediatamente, un instante después él se volvió a concentrar en el problema en el que estaba metido.

- ¿Qué estabas mirando? -Preguntó fríamente la de ojos rojizos.
- ¡¡A mí!! -Se escuchó de la nada- ¡¡Kyaaaaaaa!!

Como caída del cielo, la princesa extranjera aterrizó en plena oscuridad, sorprendiendo a todos.. incluso a Norrek.

- ¡Buenas! -Saludó ella. A pesar de que nadie veía nada, él notó su sonrisa tonta e inocente, igual a la de esa mañana.
- ¿¡Qué pasó!? -Gritó una de las Homúnculos que se encontraban en aquél callejón, mientras la otra hacía de sus dedos filosas dagas de más de dos metros de largo.
- Pride, tranquila.. Shiva, ¿acaso pediste ayuda? -Preguntó con toda la paz del mundo- No me esperaba eso de alguien como vos
- La ayuda, si es como querés llamarla, vino sin pedido alguno -Contestó severo.
- ¿¡No me considerás ayuda!? -Chilló la princesa- ¿Por qué hay tan poca luz?

Segundos después de que se escuchara ese último quejido, una cegadora luz inundó el callejón. El Coronel sintió que algo o alguien le agarraba de la mano y se lo llevaba corriendo a una velocidad increíble. Al salir de aquella zona, se dio cuenta de que la persona que lo había "rescatado" de los Homúnculos, era la chica de Xing. Corrieron sin parar hasta llegar a una calle desierta bien lejos de la anterior.

- ¿Qué estás haciendo acá? -Le preguntó él en un ataque de nerviosismo.
- Te dije que nos íbamos a volver a ver... ¿O no lo hice? -Puso cara pensativa, como si tratara de recordar si en realidad había dicho eso.
- Y pensar que todavía existe gente que puede estar así de tranquila teniendo en cuenta la presencia de los Homúnculos -Dijo mirándola con una cara entre sonriente y extrañada.
- ¿Homúnculos? -Casi se echó a reír- ¿Qué es eso?
- Esas dos mujeres que estaban en el callejón, la anciana de ojos violáceos, y la niña pelirroja de la otra vereda.. -Suspiró, mirando a todas partes para confirmar que no los habían seguido- Me imagino que sabrás algo del Alquimista de Acero de Amestris, hace 20 años... O, por lo menos, algo de la historia de tu hermano Ling-Yao
- Ia -Norrek la miró de reojo, suponiendo que estaba hablando en el idioma de Xing- Uh, no, quiero decir "no" ..Je
- ¿Acaso no les enseñan historia tan importante como esa a las princesas? -Preguntó algo sarcástico e impaciente, mientras seguía observando cada esquina esperándose lo peor.
- En la época en la que me deberían haber explicado la historia más im.. emm, impe.. ¡daisetsu! del país y demás yo estaba viviendo con los Lobos del Desierto.. -Él la miró extrañado- Lo que pasa es que, cuando tenía unos cinco años, me perdí en una excursión al desierto que está entre Xing y Amestris. Llegué a Xerxes pensando que allí estaría sana y salva, pero me atacaron unos Ishbalitas que no tengo idea de dónde salieron esos malditos, es para matarlos, ¿viste? -Al ver aquella cara de falta de comprensión, impaciencia, y futuro enfado, la chica continuó con su historia- Bueno, me rescataron los lobos del Desierto.. Viví con ellos uno o dos años, ya no me acuerdo. Y, al ser una "salvaje" (como me llamaron unos tantos bakas cuando volví a Xing), no pude estar mucho tiempo con mi familia y demás
- ¿Escapaste?
- Mm, algo así.. Yo diría que me independicé más que me escapé, ya que comencé a vivir sola en las calles de diferentes pueblos de Xing. Por poco no conozco absolutamente todos los lugares del país, ¿sabías? -A pesar de que ella tenía una sonrisa de oreja a oreja, el Coronel seguía con su normal seriedad, y su oculto nerviosismo- Cuando me enteré de que mi padre, el Emperador de Xing, había muerto, decidí hacer algo que había escuchado mencionar sobre un hermano mío hacía un tanto tiempo
- ¿Venir a Amestris y encontrar el secreto de la inmortalidad?
- ¡Exacto! ¿Cómo lo sabías?
- Ese hermano tuyo lo conoce medio Amestris (por lo menos): Ling-Yao, el 12vo hijo del Emperador de Xing, quien se metió algo involuntariamente en la gran aventura del Alquimista de Acero
- ¡Sugoi! -Exclamó abriendo exageradamente los ojos.
- ¿Te creés que entiendo algo cuando hablás así? -Preguntó con una vena que le palpitaba justo derriba de sus ojos entrecerrados y su ceño fruncido.
- Jee, gomen -Dijo inocentemente, para luego taparse la boca en el sobresalto de haber vuelto a hablar en aquel idioma.
- ¡Rápido! -Susurró empujándola hacia un callejón, yendo, después, detrás de ella.
- ¡¡Pedazo de baka!! -Gritó encolerizada.
- A menos que quieras ser cortada por los dedos-cuchillos de Lust, ahorcada por la mano-serpiente de Envy, o ser asesinada de otras formas que desconozco por los demás Homúnculos.. CALLATE

La joven princesa se quedó paralizada por la forma en que reaccionó él. Ambos se quedaron en silencio, uno al lado del otro, a la espera de los Homúnculos. Sólo se escuchaba la respiración de ambos, hasta que, de repente, aparecieron pasos... Norrek posó su mano izquierda sobre la derecha, le susurró algo a la chica, y salió disparado del callejón mientras transmutaba la mano de su brazo automatizado en una zarpa. Al mismo tiempo, la Homúnculo a la que él había llamado "Lust" hacía de sus dedos filosas dagas, al igual que minutos antes en el otro callejón.

Tanto él como ella no pudieron evitar largar un casi inaudible quejido. Lo que más destacado luego de eso fue ni más ni menos que sangre. Ahora sí la princesa estaba paralizada. Algo la agarró por detrás, haciendo que ella gritara de sorpresa y después de dolor. Norrek volteó su mirada hacia allí, para encontrarse con la diabólica sonrisa de un peli-verde de ojos violáceos y el estómago de la chica atravesado por una cuchilla.

Lust retrocedió unos pasos y, después de un curioso brillo rojo, desapareció las heridas que antes surcaban su estómago, causadas por la mano-garra del Coronel. Este último, con el hombro y el antebrazo gravemente heridos, seguía mirando, algo atónito, a la figura de la chica muerta.

- ¡Envy, idiota! -Se escuchó de la nada. Era Pride & Stuborness, dirigiéndose al peli-verde- ¿Quién te dijo que la mataras?
- No.. -Dijo la supuestamente asesinada- ..No murió.
- ¿¡Qué!? ¿¡Seguís vivo!? -Chilló el asesino con la voz de ella. Todos se quedaron mirando estupefactos- ¡En Xing hace poco desarrollamos la maestría del disfraz! -Gritó sacándose de un tirón la apariencia del tal "Envy".

Él había tomado la apariencia de la princesa, probablemente con la intención de confundir a Norrek, y ella se había disfrazado de Envy, atravesándole una cuchilla. El Coronel aprovechó que estaban todos distraídos para pegarle un rodillazo a Lust en la cabeza, arrancándosela del cuello, correr hacia Pride & Stuborness y atravesar su cabeza con su zarpa, y luego dirigirse hacia Envy y pegarle una patada en la cara para terminar de noquearlo. Más tarde agarró a la chica de la muñeca y escaparon mientras los Homúnculos se regeneraban.

Ella aún estaba medio shockeada por la brutalidad que había usado él para escapar, por lo que corría torpemente, dejando que Norrek la guiara.

- No te preocupes, no creo que nos sigan hasta acá -Dijo él, mientras cada vez alentaba más el paso.
- ¿E-Estás bien? -Preguntó preocupada mientras veía cómo sangraba.
- Puedo llegar a mi casa.. -Al notar que ella aún tenía la misma cara, decidió cambiar de tema- ¿Cómo dijiste que te llamabas?
- Sen -Contestó. Para esta altura, ya estaban los dos caminando- Escuché por ahí que vos sos Grey Blood Alchemist
- Sí, Grey Blood es mi nombre de alquimista.. Mi nombre es Norrek Shiva
- Mm.. -Con todo el tema de los Homúnculos ya se había hecho tarde, y no circulaba mucha gente por las calles- Deberías ir al doctor
- Estas cosas me suelen pasar con un trabajo así -Contestó, milagrosamente, de forma amable. En situaciones como esa Norrek solía ser todavía más frío y severo que de costumbre- Si voy al hospital cada vez que termino así, sería una visita semanal.. y no tengo ganas de eso.
- Yo.. me debería ir -Dijo Sen, extrañándolo bastante- Todavía hay gente buscándome a estas horas, y si estoy con alguien así de herido no tardarán nada en encontrarme..

Él no dijo nada, simplemente esperó a que se fuera. Pero antes de eso, ella le dijo con su sonrisa inocente "Prometo visitarte mañana al hospital, y con un buen disfraz". Iba a contestarle algo así como "Te dije que no voy a ir al hospital", pero para ese momento ya había desaparecido...

Fin del Capítulo

__________________________

¡¡Nueva Homúnculo!! Orgullo y Terquedad, ¿cuál será su poder? (!!!)

Próximo Capítulo: Un día... ¿normal? Ella - La Quimera de Xing

9 dic 2009

Historia II - Una Flor en el Desierto: Capítulo Dos

Capítulo Dos: Él - A la búsqueda de la 19º

- ¿Pasó algo? -Le preguntó el de ojos bordó mientras observaba cómo ordenaba el escritorio.
- La vi -Contestó él de manera cortante. Con sólo escuchar esas dos palabras al Subteniente se le erizaron los pelos de la nuca, y frías gotas de sudor comenzaron a recorrer su frente y su cuello- Poco después de eso me llegó una carta de Rush Valley, y...
- . . . -Estaba paralizado, el terror de lo que venía inquietaba de manera increíble el ambiente.
- Falta poco para el Verano -Dijo, con la intención de tranquilizarlo- Y prometo ocuparme de ellos para que no te sigan hasta el Oeste
- La primera vez que vi a uno me dijo claramente "Deberías volver de donde viniste", yo no tenía ni 15 años
- Así es Amestris, Azver -Dijo frunciendo el ceño- Creo que 13 años bastan para acostumbrarse
- ¡Yo no elegí...!
- NADIE eligió vivir así -Se le adelantó- Y para eso continuamos, para poder elegir

Diciendo esas palabras, él pegó media vuelta y se fue. Había sido muy fuerte con su amigo, y lo sabía. Pero él la pasaría peor en aquel viaje...

Ahora caminaba por las ruidosas calles de Central, buscando a UN grano de arena, en una playa entera. Era algo imposible, encontrar a una persona en especial en una ciudad tan grande, pero las casualidades existen, y una se estaba por presentar.

- ¿Quién era esa chica? -Escuchó que decía un oficial
- Inmigrante ilegal de Xing, últimamente se ven muchos
- ¿Inmigrantes ilegales? Sí, escuché que uno fue asesinado
- ¿De Xing también?
- Sí...

Hasta ahí llegaba su interés, por lo que decidió no escuchar más y marchar hacia la prisión ¿Cómo no se le había ocurrido? ¿Estaba metido demasiado en sus pensamientos tal vez? Lo único que importaba en ese momento era si ella era aquella inmigrante ilegal de Xing o no. Llegó a ese edificio que había sido su hogar un buen tiempo, y puso la mirada en alto demostrando a dónde había logrado llegar después de aquel terrible pasado.

- Coronel -Dijo un guardia, o mejor dicho EL, su guardia- ¿Descubrió alguna razón decente por la cual obtuvo la libertad?
- No pienso hacer el mismo papel dos veces, esa es la razón -Dijo con una mirada fría y desafiante.
- ¿Y para qué vino?
- Escuché hablar de una inmigrante ilegal de Xing..
- Había una.. Mmm.. Tres en realidad, pero mujer era una sola
- ¿"Era"? ¿Qué fue de ella?
- Estaba sentenciada a muerte.. Aunque fue extraño, ya que no había hecho nada más que entrar ilegalmente al país
- Sentenciada a... ¡Te estoy hablando de algo reciente, ayer u hoy! -Dijo, dando después un involuntario suspiro de alivio- Era una chica de unos 15 años, vestida con una ropa negra un tanto extraña..
- Mmm... ¡Sí, ya recuerdo! Pero no fue encarcelada
- ¿Cómo es eso?
- Parece que es tan ágil que no pudieron atraparla.. Algunos rumorean que es una quimera o algo así -El guardia lo miró pensativo y no pudo evitar decir- ¿Acaso busca a más criminales como usted para dejar en libertad? Si quiere puedo mostrarle el pasillo donde encerramos a los más peligrosos
- Puedo hacer que te despidan si me lo propongo, puedo meterte en la misma celda en la que me estuviste "cuidando" por tantos años ¿O todavía no te queda claro que estoy en la milicia y con un muy alto rango?
- Sólo trato de ayudarle, Coronel
- No hay nada en lo que me puedas ayudar ahora -Dijo con tono severo y se marchó.

Miró la calle repleta como si fuera cualquier Jueves al mediodía. No tenía tiempo para seguir buscando, debía volver al Cuartel antes de que se hicieran las 13:00. Y ahí el problema: estaba al otro lado de la ciudad, sin auto y tenía 20 minutos para llegar. Sin pensarlo dos veces, se echó a correr. No tenía dinero, y quería ver si se encontraba a aquella misteriosa chica en el camino.

Corrió y corrió, hasta que se tropezó con una niña pelirroja que cruzaba la calle. Se estaba por levantar, cuando lo vio y no pudo creerlo... ¿Acaso en su nuca había...?

- Estamos cerca -Dijo la niña con cara inexpresiva. Llevaba un simple vestido negro, unas medias a rayas, y tenía un globo rojo en su mano izquierda que ni siquiera había soltado para evitar estrellarse contra el piso. De entre la multitud salió una mujer esbelta, de ojos violáceos y un largo y oscuro cabello.
- ...Pero no lo suficiente -Finalizó ella sonriendo, y se llevó a la niña consigo. Compartían un curioso tatuaje, una en su pecho, y la otra en su nuca.

Él se paró y se quedó mirando la esquina por la que habían doblado. Dos veces en tan poco tiempo... Aunque seguía siendo imposible penetrar ese muro que lo rodeaba. Bueno, había una persona capaz de lograrlo... Y esa persona llegaría muy pronto, tal vez demasiado.

- ¡Waaah, esta ciudad es enorme! -Gritó ella- ¡Y nos volvimos a encontrar en menos de un día! -Al ver que no contestaba, se paró enfrente suyo- ¡Hola!
- ¿Quién sos y para qué estás acá? -Preguntó él mientras le apuntaba con su pistola. Era la misma chica del tren, la de la máscara.. Parece que todavía seguía por la ciudad
- Qué manera de recibir a una princesa, ¿eh? -Dijo con una sonrisa traviesa y algo desafiante- ¿Ni siquiera vas a preguntarme cómo me llamo?
- Si fuera necesario preguntarle el nombre a quien uno va a encarcelar, lo haría -Dijo severo- No sos una simple turista, ¿cierto?
- ¿Cómo llegaste a eso? -Preguntó dando vueltas al rededor suyo.
- Una turista normal de 15 años no vendría sola desde tan lejos, y menos con tantas armas -Contestó como si fuera obvio, arqueando levemente una ceja.
- Bueno, tu idea no está mal.. El problema es que tengo 16 años, y no soy un caso muy normal que digamos -Sonrió de oreja a oreja al decir lo último
- ..12:55 -Murmuró al ver su reloj- No tengo tiempo para esto, así que hagámoslo fácil: dejá todas tus armas en el piso y no hagas ningún movimiento extraño, mientras yo llamo a la policía
- Pff, sos tan aburrido -Dijo riendo. Él disparó cerca de sus pies con la intención de asustarla, pero lo único que logró fue que saltara y quedara detrás suyo- Je.. En un momento dudé, pero ahora me doy cuenta de que no puede existir nadie los suficientemente parecido a vos como para confundirme.
- ¿Para qué viniste a Amestris? -Preguntó él mientras se daba vuelta lentamente. Ella estaba sentada, de piernas cruzadas, en el piso de adoquines. No parecía estar espantada ni nada.
- Busco algo llamado Piedra Filosofal, ¿te suena? -Cerró un ojo y torció la boca, con la intención de parecer una chica tonta e inocente.
- ¿Para qué querés algo como eso? -Él la conocía perfectamente, y no le parecía una búsqueda que una niña pudiera soportar
- Mmm.. Sería una perfecta heredera del trono de Xing si no fuera la 19º hija del Emperador -Suspiró- Quiero ser una joven y activa Emperatriz para mi reino.. Pero cuando sea mi turno ya voy a ser una vieja, o voy a estar muerta. Por eso busco la Piedra Filosofal, para ser inmortal
- ¿Yao? -Dijo él, algo dubitativo, recordando un viejo libro que había leído alguna vez.
- Sen-Yao, mucho gusto -Le entregó la mano, pero él no le devolvió nada.
- ¡Vas a acompañarme a la cárcel ya mismo! -Gritó, en un ataque de impaciencia muy bien actuado, y tiró un manotazo con la intención de agarrarle el brazo.
- ¡Atrapame si podés! -Gritó entre risas y se fue saltando de techo en techo.

La Piedra Filosofal... dijo él para sus adentros ...Hacía mucho que no oía a nadie mencionarla. Tengo que encontrar a esa chica antes de que descubra la verdad. Y continuó su camino hacia el Cuartel. Ahora las calles no le parecían tan repletas como siempre...

Fin del Capítulo

__________________________

¿Homúnculos? Muuuajajaja (?

Próximo Capítulo: ¿Qué necesidad hay de pelear? Él - Una defensa a la ofensiva

28 nov 2009

Historia II - Una Flor en el Desierto: Capítulo Uno

Capítulo Uno: No es un cuento de hadas...

Toda su fuerza se encontraba en la mano derecha de Él e izquierda de Ella. Cualquiera de los dos hacían un mal movimiento y caían al vacío. Aún así, el nerviosismo corría únicamente por el hombre, la chica se había asustado un poco cuando Él la atajó tan de golpe, pero ahora en lo único que pensaba era en encontrar la ventana que se había abierto para distraerla, en un principio. Fue justo en ese momento cuando la vio: una mujer de pelo rojizo alzando exageradamente las manos como para llamar su atención, asomada desde una ventana no muy lejos de allí. La chica no dijo nada, sólo deseó con todo su alma que la pelirroja reconociera su cara de " ¡¡Abrí la ventana más cercana YA, que me caigo!! ". Para su suerte, lo entendió.

Ambos bajaron cuidadosamente hacia el interior del tren. Fue entonces cuando tanto Él como Ella se dieron vuelta para mirarse a los ojos, no era una mirada romántica o lo que alguien se esperaría... O al menos yo no creo que dos personas que se hayan enamorado a primera vista estén apuntándose con una pistola y una especie de rapier. Si ustedes, queridos lectores, lo quieren llamar así, ok. Ahora, volviendo a la historia... La pistola apuntaba amenazadora a su frente. El rapier se encontraba a milímetros de su cuello. Cualquiera de los dos podrían, otra vez, morir si hacían un mal movimiento.

- ¡Por favor, se acaban de salvar y ahora se quieren matar! -Chilló la mujer pelirroja.
- Asaltó un tren, o por lo menos lo intentó... -Acusó Él, mirando fijamente la máscara de la chica- Merece ir a prisión. Si la hubiera dejado caer al precipicio era obvio que moriría, pero se consideraría un escape.
- ¿¡Y vos no te pensás defender!? -Volvió a chillar, esta vez dirigiéndose a la joven.
- ¡Cállese, mujer! ¿No ve que esto es algo serio? -Le regañó Él. Dio una mirada general a la chica: era apenas una niña, y se encontraba en los techos de un tren con un arma tan peligrosa- Dame esa espada extraña
- . . . -Ella no movió un pelo. No iba a darle su rapier ni aunque disparara, ese era su honor, su orgullo.. y tal vez su terquedad.
- ¡Dame tu arma! -Lo único que consiguió con esa oración fue que la chica sonriera, y que hablara por primera vez
- ¿Cuál de todas? -El hombre quedó atónito por su respuesta ¿Cuál de todas? ¿¡Acaso tenía más!?
- TODAS, no podés deambular por los techos de un tren, seguro sin pasaporte, y llena de armas
- No estoy llena de armas, sólo tengo otro katar -Señaló lo que tenía en su mano mientras su sonrisa se agrandaba cada vez más- , un sable, un cuchillo, y dos espadas cortas
- ¿Vas a seguir con la estúpida idea de distraerme yéndote por las ramas? -Preguntó con tono de amenaza. Ella hizo ademán de no estar interesada- Podemos seguir apuntándonos el resto del viaje, al final de éste serás encarcelada de una manera u otra, así que...
- Dale, total no falta mucho y no soy de agarrarme calambres -Contestó decidida. La pelirroja los miró estupefacta, esto no era muy normal, ¿cierto?

Estuvieron unos varios minutos así, la tensión aumentaba cada vez más en aquel vagón vacío. Había tan poca gente en ese tren, y desparramada a lo largo de los tantos vagones. Y claro, no era muy común viajar del Sur a Central a mitad de semana. Ya pasada la media hora, se sentaron. Él primero, la razón por la que había ido a Rush Valley lo había dejado exhausto, no había ido precisamente para reparar sus Automails. Ella estaba cansada no por algo que sucedió, sino por un largo viaje. Aún sentados se apuntaban. Estaban atentos, muy concentrados en los ojos del otro. De repente, un bostezo, dos... Cayeron desmayados sobre los respaldos de los asientos. La mujer ya se había ido a otro vagón hacía tiempo, por lo que no había nadie observando a las dos figuras recostadas sobre las sillas. Los despertó el brusco frenar del tren. A pesar de que despertaron casi al mismo tiempo, cuando él abrió los ojos se encontraba solo en el vagón.

Salió del tren confundido. Entre los montones de gente lo esperaba una mujer con apariencia casi de niña, un largo y ondulado pelo rubio rojizo, y enormes ojos verdes. Al verlo lo saludó regalándole una cansada sonrisa. Él miró por todas partes, inclusive por los techos de los trenes y los carteles que colgaban de las paredes, en busca de la niña de la máscara. Pero no había forma, ella ya se había ido. Algún día la volvería a ver, pero le daba demasiada curiosidad como para esperar. Mañana... Sí, mañana la buscaría por la ciudad. No podría llegar muy lejos, era tan sólo una niña

Fin del Capítulo

__________________________

Bueno, este capítulo me salió MUY corto. Es que era simplemente una continuación del prólogo.

Próximo Capítulo: La búsqueda que se creía duraría días, va a se más corta de lo que se espera. Él - A la búsqueda de la 19º

Historia II - Una Flor en el Desierto: Prólogo

Bueno, acá va la 2da parte de Relatos de la Milicia. De ahora en adelante es muy posible que todos los prólogos sean dibujados en vez de escritos. Ojalá les guste !!

Prólogo: Ellos

Parte Uno

Parte Dos

Parte Tres

Parte Cuatro

Parte Cinco

Parte Seis ( los paisajes no se me dan muy bien, pero este creo que me salió bastante decente xD )

Parte Siete

Parte Ocho

Parte Nueve

Parte Diez

Parte Once

Parte Doce

Parte Trece

Parte Catorce

Bueno, ahí está el prólogo.. Un encuentro inesperado, una linda y complicada historia... ¿Tal vez de amor? Nus vemous !!

8 nov 2009

Historia I - Ningún Lugar: Finalización

Como dice el cuarto y último capítulo de la historia, este es el final de apenas el principio. Tengo pensado que sean por lo menos seis historias, y bastante más largas (tal vez empiece a hacer los prólogos en historieta, a ver qué les parece)

Para refrescarles un poquito la memoria, información básica sobre los personajes que aparecieron hasta ahora:

Anouk Tomber
Edad: 24 años
Rango: Capitana
Personalidad: Es buena, graciosa, muy simpática. Algunos dicen que es demasiado blanda con sus subordinados, pero no le importa demasiado. Es fuerte y activa, aunque algo torpe y distraída.
Apariencia: Tiene el pelo medianamente largo, rubio rojizo, en las puntas se le arman unos rulos contra su voluntad. Sus ojos son color verde esmeralda. No es muy alta, es más, a simple vista muchos la confunden creyendo que tiene menos de 17 años. Nunca usa el uniforme completo de la milicia, lo máximo que llegó a usar alguna vez fue la parte de abajo (cuando no tiene ninguna misión asignada, es decir, cuando simplemente está por el edificio, suele usar la pollera) y una remera negra.

Liam Fenrir
Edad: 27 años
Rango: Teniente Primero

Norrek Shiva
Edad: 27 años
Rango: Coronel
Nombre de Alquimista: Grey Blood Alchemist
Personalidad: Se toma las cosas en serio. Es estricto tanto consigo mismo como con los demás. Hay tal vez demasiadas cosas que no tolera. Es muy bueno en la alquimia, y lo peor es que lo sabe. En resumen, no es alguien que le caería bien a la primera a una persona normal.
Apariencia: Pelo negro opaco, bien corto. Ojos negros. Ligeramente alto. Piel extremadamente pálida. De apariencia amenazante y poderosa. Siempre usa la parte de abajo del uniforme de la milicia y una remera negra (recuerda a Roy Mustang).

Azver Madden (pronunciado "Maduin")
Edad: 26 años
Rango: Teniente Segundo
Nombre de Alquimista: Chameleon Alchemist
Personalidad: Gracioso, muy sarcástico. Adora molestar a su superior, Anouk Tomber, con la seguridad de que nunca va a despedir o algo parecido a su mejor amigo. Es amable, pero sólo cuando es necesario. Odia a la gente que se la pasa fingiendo, y le es inevitable actuar cuando algo le molesta.
Apariencia: Muy alto. Pelo rubio grisáceo, algo largo. Ojos bordó. Nunca, desde que es Alquimista Estatal, usó el uniforme. Siempre anda con una camisa blanca de manga larga (siempre arremangada) y unos pantalones grises, o algo por el estilo. Pese a su altura, parece mucho más chico de lo que es

Altair Fairsoul
Edad: 17 años
Rango: Sargento
Nombre de Alquimista: Ray Alchemist
Personalidad: Amable, muy responsable, casi el contrario a su superior, Anouk Tomber. Es quien la ayuda a continuar en la milicia, entre otros. Es inteligente e increíblemente poderoso, su alquimia es muy extraña.
Apariencia: Alto para alguien de su edad, pelo de punta de un negro opaco. Ojos también negros.

Elysia Hughes
Edad: 22 años
Ocupación: Secretaria del General
Personalidad: Muy amable, siempre con la intención de ayudar. Es una persona agradable con una increíble habilidad en la cocina. Todos se acuerdan de su madre, Gracia, al verla, y con una buena razón.
Apariencia: Altura normal, pelo marrón claro, ojos verdes como su padre. Tiene el pelo un poco más largo que su madre en su época.

Eso fue todo, amigos (?). Nus vemous !!

7 nov 2009

Historia I - Ningún Lugar: Capítulo Cuatro ( ¡Final! )

Capítulo Cuatro: Antes de la Elegía*

Viernes por la madrugada, mucho trabajo que hacer. El día anterior la Capitana los había llenado de trabajo, probablemente con la intención de no recibir ningún regaño de parte del Coronel. A pesar de que nadie pudo terminar a tiempo, a pesar de que el Coronel no había regañado a la Capitana, a pesar de que éste estaba muy raro, a pesar de todo eso.. su vuelta afectó a todos. La antes desolada habitación del Subteniente, ahora estaba hermosamente decorada con pilas y pilas de papeles. Despertó con unas ojeras que provocaban cierto temor hasta a él, sin salir siquiera de la cama le echó una mirada a aquellas cosas blancas con demasiadas letras y se volvió a esconder entre las sábanas. Miró el reloj, tenía que apurarse. Se paró de mala gana y se dirigió al ropero, completamente vacío a excepción de una valija... ¿Algún día ordenaría su ropa? Lo más probable: se mudaría a una casa en serio antes de hacerlo. Entre los montones de ropa sacó una camisa blanca, la apoyó en la cama. Buscando un pantalón se encontró con algo que no esperaba: el uniforme de la milicia. Lo miró con algo de asco y lo volvió a guardar.

Ya cambiado, aunque algo despeinado, marchó al Cuartel. Pudo ver a una lujuriosa mujer pasearse por el jardín del edificio justo antes de entrar. La olvidó fácilmente pensando en lo que le esperaba ese día. Estaba subiendo las escaleras cuando escuchó un ruido pesado, como si algo grande cayera al suelo de una altura no muy importante. A su lado pasó, a toda velocidad, el Teniente Fenrir. Una especie de terremoto, y no pudo recordar nada más. Despertó en el hospital de la milicia. No estaba muy herido, pero le dolía, y mucho, la cabeza. No tardaron en aparecer Elysia y Anouk en su habitación. Parecían muy serias, sobretodo la última.Trató de recordar lo que había pasado, pero no.. nada después del leve terremoto venía a su mente. Entre las conversaciones que ambas mujeres llevaban a cabo se enteró de la pequeña cantidad de muertos, y la enorme de heridos.

- ¿Viste al Coronel? -Preguntó la Capitana- Desmayó unos minutos antes del derrumbe, no pude llegar a sacarlo a tiempo
- No está entre los muertos -Dijo el Subteniente de repente, entre un horrible chiste de humor negro y un pesimismo amargo.
- Y vos no estás entre los heridos -Le chistó su amiga, confundiéndolo un poco.
- ¿Murió alguien importante? -Preguntó él después de un corto silencio, haciendo que una enfermera que pasaba por ahí lo mirara con desaprobación.
- Si con "importante" te referís a los de alto rango, no -Suspiró.

La charla se fue yendo a otro tema poco importante en la historia. Ese mismo día daban de alta al Subteniente, por lo que, después de cambiarse, se dirigió a la habitación del Coronel. Una chica de unos 15 años vestida exageradamente normal se encontraba hablando con él. Se parecían un poco en apariencia, por lo que pensó en ella como en una familiar de su amigo.

- Suelo no meterme en lo personal... -Habló primero Norrek- Pero.. ¿Tomber te contó de la muerte de su novio?
- No -Dijo Azver con la mirada en blanco. Fue una respuesta simple y cortante, algo extraño- ¿Qué tal Altair? -Preguntó después de unos minutos, para que la habitación no quedara tan silenciosa.
- Según me dijeron está bien, con algunas pocas heridas -Contestó. La niña se había internado en sus pensamientos poco tiempo después de que el Subteniente llegara- ¿Ustedes son.. primos? -Lo venció la curiosidad.
- ¿Mmm? -Ella giró su mirada hacia él, como pidiéndole que le repitiera la pregunta.
- Es sólo una pariente lejana que pasaba por Central
- Aah... Bueno. Me voy, no puedo estar un minuto más en este lugar -Dijo mirando como se tambaleaba el encendedor en el bolsillo de su pantalón.
- El funeral es mañana por la tarde
- Nos vemos allá entonces -Miró a la niña- Hasta luego, señorita

Apenas salió del hospital prendió un cigarrillo y se puso a pensar... Desde su llegada a Central cosas extrañas estaban pasando: La actitud del, ahora fallecido, Teniente Fenrir.. ¿Terremoto en Central? No es algo normal.. ¿El Cuartel General se derrumba? Su estructura es demasiado buena para eso.. Éste, el final del comienzo ¿Qué vendría después?

Llegó a su casa con la esperanza de estar finalmente tranquilo, cosa que no pasó...

- ¿Tengo la culpa de que se me caiga un edificio encima? -Tenía en una mano el teléfono y en la otra un cigarrillo.
- ¡Vos siempre tenés la culpa! -Se escuchó la voz suave, pero severa, de una mujer- Idiota...
- ¡No me insultes por teléfono! -Dijo en un murmullo- Tengo un montón de gente a quien llamar, ¿podríamos evitar el sermón?
- Acordate de llamar a Isobel, si no lo hacés prometo que te mato
- Ella está remarcada entre ese montón de gente, además dentro de poco es su cumpleaños.. ¿sabías?
- Si lo sabés vos, ¿quién no lo va a saber? -Gruñó- Te corto para que YA la llames.. ¿Me entendiste?
- Ok -Se sentó en la silla, agotado. Se desplomó sobre el respaldo. Miró el techo- Isobel.. Ahora que estoy en Central puedo ir más seguido a visitarla, ojalá no se enoje mucho cuando lo haga -Agarró un pequeño pedazo de papel con un número escrito.
- ¿Hola? -Una linda voz, algo desanimada.
- Soy Azver -Dijo con timidez, algo raro en él- Me preguntaba si tendrías a alguien con quien ir mañana.. Pará, ¿no sabés manejar, cierto? -Escuchó una vaga risa del otro lado del teléfono.
- No, la última vez que me pusieron al volante casi choco -Dijo con la intención de parecer graciosa- Bueno.. Nos vemos.
- Chau -Colgó algo brúscamente. Caminó hacia la cocina y se preparó, con un poco de torpeza, un café- Le pasó algo horrible y sin sentido, ¿¡por qué finge estar bien!? -Tenía los ojos llorosos- Todo pasó tan rápido...

ºoOoº

Montones de hombres, mujeres, y niños caminaban por el cementerio. Eran pocas las personas que habían muerto en ese derrumbe, pero todas de la milicia. Estaba oscureciendo, y la mayoría de la gente ya se había ido.. Hasta que quedaron sólo las personas más cercanas a los fallecidos.

- Uf.. -La joven ya se marchaba, mientras se secaba las escasas lágrimas que le recorrían la cara. Se encontró con un hombre bastante alto esperándola en la puerta- Nunca creí que llegaría a verte de traje -Dijo con una leve sonrisa- Te ves lindo
- Soy lindo -Corrigió, haciéndola reír.
- No hace falta que me lleves, pienso ir a lo de una amiga y su casa queda acá cerca.
- Está bien.. Nos vemos -Saludó. Pero justo antes de que se fuera, ella lo abrazó y se puso a llorar.

Ya casi era de noche, hacía bastante calor para la época. Dobló una esquina, un hombre se encontraba apoyado sobre la pared. Él comenzó a seguirla, ella hizo lo posible por ignorarlo.

- Anouk Tomber -Dijo él- ¿cierto?
- ¿Quién es usted y por qué me sigue? -Preguntó severa después de frenarse.
- Tu compañero, Liam Fenrir, murió la misma noche que vos llegaste a Central -Ella lo miró extrañada- El hombre que estuviste viendo estos días no era más que un disfraz
- Dame una razón para creerle a un tipo raro que se aparece de la nada diciendo semejante cosa -Dijo agarrando, sin que el hombre se diera cuenta, su pistola.
- Si querés, no me creas... Pero tengo valiosa información por si te interesa -Situó una desagradable sonrisa en su cara- Como por ejemplo, que el derrumbe no fue un accidente
- ¡Callate! -Gritó eufórica y lo apuntó con la pistola- ¿¡De dónde sacaste esa información!?
- Conozco a la persona que se hizo pasar por Liam Fenrir en estos días... y sé la razón por la cual lo hizo
- No me la vas a decir, ¿no?
- No tengo por qué
- Tampoco tenés por qué decirme lo de recién -Gruñó- ¿En dónde se encuentra el verdadero Liam ahora?
- ¿Eh? -Fue una pregunta extraña, y difícil de contestar... Pero recordando aquel sonido del monstruo comiéndose al inerte cuerpo del Humano- Ningún Lugar
- ¿Qué?
- Ya te lo dije.. En Ningún Lugar -Suspiró- Y ahora me marcho, si no le importa.. Y si le importa, también -Desapareció entre la oscuridad de un callejón.
- ¿Ningún lugar? -Dos palabras que no sonaban bien juntas, tampoco tenían sentido. ¿No sería "ningún lado"? se preguntaba la chica Además... ¿Cómo estaría alguien en ningún lado? El comienzo acababa de terminar...

Fin de la Historia I

__________________________

Bueno, acá termina la primera historia de Relatos de la Milicia. Tengo pensado que sean poco más de cinco :D
No sé si logré expresarme bien con lo que sentía Azver, pero bueno... La cosa es que feliz no estaba (?

Posibles títulos para la próxima historia
. . . . .
¡¡ Problemas de Equivalencia / Una Flor en el Desierto / Todo por un tren !!

Saludos :D

*canción para un funeral

3 nov 2009

Historia I - Ningún Lugar: Capítulo Tres

Capítulo Tres: ...como cualquier otro

Por suerte es Domingo pensaba Anouk mientras miraba con aire de superioridad al reloj, el cual marcaba las 12:40. Pero no pudo quedarse mucho más tiempo en su cama, ya que alguien había tocado el timbre. Se lavó la cara, se cambió, se peinó, hasta que logró parecer una persona más o menos normal. Se dirigió a la puerta y abrió. Para su asombro, era el Subteniente Madden.

- ¡Azver! -Lo miró con curiosidad. No podía decir que se veía raro por no llevar el uniforme de la milicia, porque nunca lo llevaba. Pero se veía diferente fuera del Cuartel- ¿Qué hacés acá?
- Quería saber por qué no viniste hoy -Entró despreocupado a la casa y se sentó en un sillón sin que nadie lo invitara. Observó cada rincón del lugar. Nunca había estado allí, ya que, a pesar de que los dos habían estado trabajando y viviendo largo tiempo en Central, se conocieron en el Oeste.
- Entrá tranquilo -Dijo sarcástica mientras mostraba una cara que fingía ser de enfado- ¿Qué quisiste decir con "no viniste hoy"? ¿A dónde no fui?
- ¿En serio me preguntás? -Giró su mirada hacia su amiga. Parecía preocupado por algo lejano a lo que estaba sucediendo en el momento- Mmm... ¿Creíste que era Domingo?
- ¿¡Qué!? ¿¡No es Domingo!? -Chilló y cayó rendida en una silla cercana- No puedo creer que todavía no me hayan despedido...
- Lo mismo digo -Habló en voz no tan baja, como para que ella lo escuche y lo mire con desaprobación.
- ¿Pasó algo mientras no estuve? Estás raro -Dijo finalmente, sin poder ocultar su ya común curiosidad.
- Nada -Se paró y se dirigió a la puerta- Sólo que Norrek viajó a Rush Valley, y me preocupa la causa
- Mmm -Asintió con la mirada en blanco, sabiendo que no le iba a contestar nada si preguntaba cuál era esa causa.
- ¿Vas a venir? -Le preguntó él- ¿O vas a aprovechar que no está Norrek y te vas a tomar el día libre?
- Creo que me voy a quedar, hay varias cosas que tengo que hacer -Le abrió la puerta, pero se frenó cuando estaba por cerrarla- Liam... ¿Cómo está?

Azver la miró con furia y cerró la puerta por ella. Llevaban una relación similar a la de hermanos, por lo que era obvio la causa de su enojo: le molestaba mucho la manera en la que Liam había tratado a su amiga durante esa semana. Ella se preparó un café y comenzó con algunos papeles que le había dejado el Coronel. El arduo trabajo se hizo más lento de lo que ya era, pensando en tantas cosas a la vez: Liam con su extraña actitud, Azver con su posible agresión hacia Liam, el Coronel con su viaje al Sur... Todo era muy raro, y había comenzado con su vuelta.

Se acostó temprano, pero tardó largo rato en dormirse. Finalmente, lo logró. Despertó, milagrosamente, a tiempo. Partió al Cuartel, esperando las usuales preguntas de su fiel subordinado Altair, el Alquimista del Rayo. Pero después de estas, el joven Sargento en vez de darle el trabajo del día anterior...

- ¿Azver discutiendo con Liam? -Se extrañó.
- No pude pararlos, pero seguro a vos te hacen caso -Dijo con una leve duda.

La Capitana caminó con paso decidido hacia la oficina del Coronel y abrió la puerta de manera brusca.

- ¿¡Qué les pasa a ustedes!? -Gritó. Ambos hombres se giraron hacia ella. Liam seguía con cara malhumorada, como toda la semana anterior, y sin despegarse de los archivos de 10 años atrás. Azver estaba sentado sobre el escritorio, fumando un cigarrillo, con la misma cara con la que la había mirado el día anterior antes de cerrar la puerta- ¿Hay alguna razón creíble para que dos tipos como ustedes estén discutiendo?
- Una razón creíble me deberías decir vos para no haberle dicho nada a este mediocre -Dijo Azver, confundiendo a la Capitana.
- ¿Están discutiendo por...? -
- Me voy de acá -Dijo Liam, y se marchó llevándose los papeles consigo.
- Te diste cuenta: tres años y medio sin verse, y cuando se encuentran responde como si ni te conociera... Pero al ser como sos, no le dijiste nada -Se quejó Azver.
- Pero él no es así, le debe haber pasado algo
- Te lo habría dicho -Dijo casi en un susurro.
- ¿¡Y a vos qué te importa!? -Estalló, y se fue en busca de Liam.

Con un tono rojizo en sus mejillas, Azver apagó el cigarrillo y dirigió una vaga mirada al papeleo que se le había otorgado.

Pasaban los días, y la tensión aumentaba en el ambiente. Con la ausencia del Coronel, el trabajo había disminuido un tanto, pero el tiempo libre que les quedaba al final de cada día no lo usaban para conversar entre ellos. Elysia ignoraba todo lo que sabía sobre la discusión que habían tenido esos tres y hablaba tranquilamente con ellos como cualquier otro día, pero las respuestas eran siempre frías y cortantes. Otra semana, Martes por la mañana, se escucha que alguien abre la puerta de la oficina del Coronel, un molesto olor a humo invade la habitación y despierta a la Capitana.

- ¿Ah? -Dijo escrutando adormilada la cara del Subteniente, a un metro de distancia de la suya.
- Tenés que pasar a buscar a la estación de tren a Norrek -Tenía la misma cara de cansado de siempre, parecía más dormido que la Capitana.
- Mmm... ¿Cuándo?
- Mañana, 4:00 de la tarde
- Mmm, ok... -Se desperezó, y se miró en el reflejo de la ventana: no estaba tan impresentable como creía. Luego dirigió su mirada, nuevamente, hacia el Subteniente, quien se quedaba ahí sin hacer nada en especial- ¿No tenés trabajo que hacer?
- Nop -Bostezó- Tal vez me vuelva después de almorzar.
- ¿Te creés que voy a permitir eso? -Situó una sonrisa algo diabólica en su cara y le entregó dos pilas enormes de papeles- El Coronel tiene que firmar esos papeles antes de las 7:00 y no está + Tengo sueño y bastante trabajo + Vos no tenés nada que hacer = ¡¡Vas a firmar los papeles del Coronel por mí!!

El Subteniente miró las pilas como si fueran un ser extraño y peligroso. Agarró una y la puso sobre su escritorio, agarró una pluma y, temeroso, comenzó con el primer papel. Anouk lo miró divertida, extrañaba un poco esas pavadas que hacía él que tanto la hacían reír. Pasaron lentas las horas, hasta que llegaron las 6:15 de la tarde, hora de irse a casa. Al día siguiente terminó lo más rápido que pudo con el trabajo, ordenó la oficina que se había vuelto un descontrol cuando quedó a cargo suyo, y se dirigió a la estación de tren.

Justo después de que se encontrara con el Coronel le pareció ver una chica de ropa muy extraña saltando por el techo del tren. Debe ser el sueño pensó. El Coronel parecía cansado y algo paranoico, pero se le pasó cuando llegó al Cuartel. Esa semana fue en verdad rara, sobretodo el último día: la Capitana se dirigía a la oficina del Coronel como todos los días. Cuando abrió la puerta lo vio recostado, con la cabeza apoyada sobre los informes que tenía que leer. Al principio creyó que simplemente se había quedado dormido, pero al acercarse a él se dio cuenta de que era más grave. Tenía la piel directamente blanca, unas heridas como de cuchillos le recorrían desde el codo, justo antes del Automail, hasta el principio del cuello. A ella le habían contado que el Nombre de Alquimista del Coronel Shiva, Grey Blood, tenía un sentido un algo espeluznante: cuando se lastimaba, utilizaba el hierro de la sangre para darle diferentes formas a sus Automails. ¿Habrá luchado contra alguien ayer? pensaba Sí, seguro usó tanto su sangre que quedó debilitado y por eso desmayó. Estaba por salir, para pedir ayuda, cuando entró el Teniente Fenrir.

- Liam -Dijo más para asegurarse de que fuera él que para llamarlo.
- ... -La miró malhumorado. Observó al desmayado y, sin darle mucha importancia, se dirigió al cajón en donde se guardaban los informes de hacía diez años.
- ¿Quién te dio el trabajo de ordenarlos?
- Ya te dije que es voluntario -Dijo impaciente.
- ¿Y con qué fin? -La cara del Teniente cambió bruscamente, parecía nervioso- Este mes te comportaste muy extraño, además de que estuviste todo el tiempo con esos informes que nadie normal ordenaría voluntariamente.
- Lust... -Susurró al ver a una esbelta mujer caminar por el jardín del Cuartel en dirección a la entrada del edificio.
- ¿Ah? -Miró también por la ventana- ¿Qué pasa?
- Nada -Agarró lo que necesitaba y se fue hacia las escaleras, dejando a la Capitana ahí parada como una idiota.

Fin del Capítulo

__________________________

Este capítulo me salió algo apurado, pero más porque pasan muchas cosas que por la forma de narrarlo. Bueno, ojalá les haya gustado ^^

1 nov 2009

Algunos dibujos...

Acá les mando unos dibujos que hice de la historia.. ojalá les gusten ^^


Unos chibis... serían (de arriba a abajo, de izquierda a derecha) Irian Elric, Sen-Yao, Norrek Shiva, Ashe Phoenix, Azver Madden, Anouk Tomber


Algunos de los personajes de Ningún Lugar. Por si no se lee: Liam Fenrir, Azver Madden, Anouk Tomber, Norrek Shiva, Elysia Hughes.

Bueno, por ahora son esos.. Voy a ir editando esta entrada cuando tenga más ^^

Historia I - Ningún Lugar: Capítulo Dos

Capítulo Dos: Un día...












El sonido del reloj dando las 11:30.

- ¡¡No!! -Una mujer exageradamente despeinada acababa de despertar. Ahora contemplaba al reloj volando, cayendo, y, finalmente, destruyéndose.

Salió malhumorada de la casa. Corrió por toda la ciudad, como perdida, hasta llegar a aquel enorme edificio que se veía a kilómetros de la zona, el Cuartel General Central. En la puerta se encontraba ese hombre, con cara de dormido como siempre, fumando un cigarrillo. Al verla puso su típica sonrisa irónica. Ella pasó a su lado ignorándolo y abrió la puerta llamando la atención de la poca gente que se encontraba en los pasillos. Entre ellos, un chico de pelo negro de punta que ahora se acercaba a ella.

- ¿Le pasó algo? -Preguntó extrañado.
- No, nada importante -Puso una sonrisa estúpida, tratando de evitar más preguntas del chico. Pero no la pudo mantener mucho tiempo, ya que se acababan de abrir las puertas del edificio otra vez y sabía quién estaba entrando.
- Altair, Altair.. Se lo preguntás como si se hubiera quedado dormida o algo por el estilo -Dijo él- ¿No te parece una falta de respeto decir cosas así de un superior?
- Pero si yo no dije... -Trató de defenderse el joven.
- No le hagas caso, Fairsoul.. -Y, en un murmullo- ..Es simplemente idiota

Las personas que se encontraban allí en ese momento miraban, algunos con cara de desaprobación, la escena. De repente se oyó la risa ronca del Subteniente. La Capitana se dio vuelta para ver de qué se reía. Para empeorar su día, la causa de la risa era el Coronel dirigiéndose a ellos con cara de perro.

- ¿En dónde estabas, Tomber? -Preguntó con la ceja arqueada.
- Eh.. Estaba..
- No importa -La interrumpió y, dándole una enorme cantidad de papeles- ¿Se lo darías al General Dhalious?
- Emm, sí.. -Agarró la pila- Pero.. ¿Dónde se encuentra?
- En el Segundo piso está su oficina, cualquier cosa preguntale a su secretaria, Elysia Hughes
- Amm, ok -Miró cómo el Coronel se alejaba- ¿Por qué se lo tengo que dar yo? Según me dijeron su oficina está también en el segundo piso
- Motivo uno: Llegaste tarde y te quiere hacer trabajar -Dijo el Subteniente- Motivo dos: No tiene ganas de volver a subir las escaleras...
- ¿En ese caso para qué las bajó?
- ¡Si me dejaras terminar! -Se aclaró la voz- ...Motivo Tres: Quiere dejarte sin almuerzo haciéndote pasear por todo el edificio.
- Pff

Se dirigió a las escaleras. Subió con mucho cuidado. Si era por el "Motivo Tres" no le molestaba mucho, ya que ella había desayunado hacía apenas unos minutos. Bien, había llegado al primer piso. Pero cuando estaba por doblar, al verlo, tuvo que dejar los papeles en el suelo. Corrió hacia él, se colgó de sus hombros y le llenó la cara de besos.

- ¿¡@$#&!? -Le pegó un empujón para sacársela de encima- ¿¡Pero qué diablos...!?
- ¡Liam, soy yo! -Gritó sorprendida por la reacción de su novio- ¿Te pasa algo?
- Amm.. No, no.. Es que.. -La miró algo enfadado, tratando de inventar una excusa creíble- Estoy muy cansado, tengo mucho trabajo
- Ah, perdón..

Agarró una carpeta que se le había caído por el "ataque" de la chica y continuó su camino. Era triste pensar que el hombre que en realidad ella quería estaba muerto, y el que acababa de saludar era un simple disfraz. Medio desanimada, agarró los papeles y siguió subiendo. Maldita sea, a este tipo me tenían que cargar pensaba el Homúnculo Podría matarla, así se me haría más fácil todo... Pero no, despertaría demasiadas sospechas el cambio de actitud y la muerte de la novia. Dejó la carpeta donde debía, cerró la puerta con llave, y empezó a buscar entre los archivos. Tiene que haber algo de información sobre Shiva, se supone que no hizo nunca una transmutación humana.. ¿Pero entonces por qué no necesita hacer el Círculo de Transmutación? Sería mucho más fácil raptarlo y obligarlo a que nos de información.

- ¡Fenrir! -Se escuchó desde la escalera. Se dio vuelta para ver quién le hablaba... Era el Coronel. Este último lo miró extrañado, ya que estaba leyendo unos archivos viejos que se dedicaban a juntar polvo en un cajón desde hacía años- ¿Qué hacés ahí?
- Ordeno los archivos -Se lució con la mayor naturalidad posible- ¿Está mal?
- ...No -Dijo contemplando cuidadosamente cada sector de la habitación- Bueno...
- Me iba a decir algo, Coronel -Dijo con tono de desafío.
- Nada importante -Se dirigió a la salida- ¿Vio a la Capitana Tomber? Parecía con muchas ganas de verlo...

No obtuvo respuesta alguna, por lo que se dirigió directamente al comedor, dejando al Teniente... ordenando. Estuvo observándolo el resto del día, algo raro le sucedía... Tal vez era algo personal, pero no dejaba de ser sospechoso. A pesar de todo esto, la Capitana no se salvaba ni ahí. El Coronel la mandaba de un lado para el otro tal vez como castigo por haber llegado tan tarde, tal vez porque estaba muy ocupado con otro montón de cosas y quería mantener a sus subordinados ocupados, tal vez porque simplemente era así.

Las 6:45 de la tarde: Madden, Fairsoul, Tomber, y Hughes tomándose un descanso en el enorme jardín del cuartel.

- Liam está un poco raro, ¿puede ser? -Preguntó la Capitana mirando en general, pero dirigiéndose especialmente a Elysia.
- ¿Segura que no lo era ya? -Dijo el Subteniente Azver con la intención de hacerse el gracioso.
- Está así desde que llegaron -Explicó Elysia con tono preocupado, ignorando el comentario anterior- Es decir, ayer por la mañana se veía normal.. Algo ansioso por su llegada.
- Tal vez el amiguito de Azver lo está torturando de más -la Capitana miró de reojo al Teniente.
- Que sea mi amigo no significa que sea igual a mí -Apagó el cigarrillo- Es más, él es casi lo contrario a mí
- Me contaron que es tu primera vez en Central desde hace muchos años -Dijo de la nada Elysia, tratando de integrar al joven Fairsoul en la conversación.
- Sí, crecí acá.. Pero me trasladaron al Oeste apenas me uní a la milicia -Contestó con una agradable sonrisa.
- No es normal que haya gente tan joven en el cuartel de Central
- Su alquimia es muy poderosa -Dijo la Capitana con intención de presumir a su subordinado al máximo- Bueno... Creo que deberíamos ir volviendo, o el Coronel nos mata
- Te mata -Corrigió el Subteniente- No sé vos, pero nosotros -Refiriéndose a Altair y a él- no tenemos nada más que hacer por hoy
- ¿¡Qué!?
- Yo tampoco, pero si querés te acompaño en tus horas extra de trabajo -Se ofreció amablemente Elysia.
- ¿¡Horas extra!?
- Sí, nuestro horario normal termina a las 6:30, 7:00 -Explicó Azver- Pero, como llegaste tarde, tenés unas tres horas extra de trabajo...
- En el Cuartel Este su superior era la Comandante Suna Phoenix, ¿cierto? -La Capitana asintió como respuesta- A diferencia de su hermana y el Coronel (quienes se llevan muy mal, pero no viene al tema), la Comandante Phoenix es muy blanda con sus subordinados...
- No deberías tomarte todo tan a la ligera ahora que estamos en Central, Ana
- ¡Pero si yo ya estuve en Central, y más tiempo que vos! -Casi le gritó a Azver.
- ¡Tomber! -Se escuchó desde la puerta del edificio. El Coronel Shiva la estaba llamando mientras sostenía un montón de papeles para entregarle.
- ¡Suerte! -Dijo el Subteniente, sarcástico como siempre, mientras agarraba su abrigo y se marchaba.

El Sargento lo siguió después de despedirse de ella. Elysia se quedó una hora más para hacerle compañía a su amiga, quien se fue dos horas después que ella con un montón de trabajo para la casa. Antes de irse, se dirigió a la oficina del Coronel, no para encontrarse con él sino con el Teniente Fenrir. Aún estaba allí, "ordenando" los archivos.

- Sí que te está maltratando el Coronel -Le dijo ella de repente, haciendo que se sobresaltara.
- No vuelvas a hacer eso -Dijo al darse cuenta de quién era- Y no me está maltratando, este trabajo lo hago voluntariamente.
- ¿Mmm? -Creyó haber escuchado mal, pero al no obtener respuesta fingió no estar interesada- Bueno.. Yo me voy a ir, ¿vos no deberías también?
- Todavía no termino con esto -Le contestó impaciente- Hoy voy a volver tarde a casa, así que no me busques.
- ...Está bien...

Se marchó entre triste y asombrada. Hacía como tres años que no lo veía... Sólo hay que decir que no existió ninguna esperada bienvenida.

El Teniente esperó a que quedara poca gente en el edificio para irse con la información del Coronel que había encontrado. Era una noche fría y húmeda, sin llegar a ser lluviosa. Una mujer ligeramente alta, atractiva, con un vestido oscuro como su cabello que le llegaba a los pies, y un curioso tatuaje rojo en el pecho caminaba por las oscuras calles de la ciudad. Al ver al Teniente cambiar de forma dibujó una tranquila sonrisa en su cara pálida.

- ¿Está todo? -Preguntó.
- Fue fácil, pero no está completo -Dijo algo malhumorado mientras le mostraba unos papeles- Creo que sospecha de mí
- ¿Shiva?
- Ahá... -Luego, como si hubiera estado ocultando todo su enfado durante ese tiempo, estalló- ¿¡Por qué me tuvieron que cargar a este tipo!? ¡Hay un par más cercanos a Shiva de los que nunca sospecharía!
- Lo que te molesta en realidad es que tenga novia... ¿Verdad? -Parecía estar disfrutándolo
- ¿¡Cómo lo...!?
- Poco después de que lo matara llamó alguien unas cinco veces seguidas -Suspiró- Sumando eso a que estés tan enfadado por el disfraz, y a que te parezcan ridículas cosas que nunca te interesaron como lo de "Hay un par más cercanos a él"... Es obvio, ¿no te parece?
- ¿Cuánto tiempo va a durar esto?
- El tiempo que tardes en encontrar la información necesaria... Teniendo tan poca, no podemos arriesgarnos a enfrentarnos directamente.
- Pff, está bien...

Los odio... Los detesto... Y a ella más... Malditos Humanos...

Fin del Capítulo

__________________________

La cosa se empieza a movilizar... ¡Y aparece un nuevo personaje conocido! [spoilers del manga y el segundo anime]
- Lust: Homúnculo cuya habilidad consiste en convertir sus dedos en filosas dagas y alargarlas cuanto ella quiera. Originalmente muere a manos del Coronel Mustang.

Personajes de la foto, por si no se lee: Liam Fenrir, Azver Madden, Anouk Tomber, Altair Fairsoul. Es de la escena en la que se van a descansar al jardín del cuartel (en la historia Liam no está espiándolos, pero bueh xD)

Y, eso.. Nus vemous !!

Historia I - Ningún Lugar: Capítulo Uno

Capítulo Uno: Aquello que no envidia

- Los detesto... ¡¡No tienen ninguna razón por la cual existir!!
- Envy
- ¿Mmm?
- Si no existieran seres tan estúpidos como los Humanos, nosotros tampoco existiríamos
- Aún así, los detesto... -Miró su mano, guardada en un guante lleno de sangre- ¿A dónde fuiste, Lust?
- Liam Fenrir -Leyó el papel que tenía en la otra mano, la del guante limpio- Rango: Teniente Primero. Superior: Norrek Shiva
- Norrek Shiva... -Repitió con la mirada perdida- Supongo que voy a tener que disfrazarme de este imbécil para robarle información a su jefe... ¿Tenés el cuerpo, no?
- Acá está -Se hizo a un lado, dejando mostrar a un hombre tirado en el suelo. De pelo castaño claro, ojos negros, con el uniforme de la milicia manchado de sangre gracias a unas heridas que parecían haber sido causadas por filosas dagas.
- ¿Y qué voy a hacer cuando ya no tenga que disfrazarme de él?
- No te preocupes, ya lo tenemos todo planeado -Dijo sonriendo. El único ojo que dejaba a la vista era de un violeta intenso, el otro era tapado por un mechón de oscuro cabello- Ahora...
- Sí, ya sé -También sonrió. Pero era una sonrisa diferente, parecía salir de la cara de un psicópata, un asesino...

Mientras se alejaba, trasformándose en el hombre que acababa de ver, un tipo extremadamente gordo con apariencia que recuerda a la de un bebé salía de la oscuridad y miraba cuidadosamente al cuerpo inerte mientras se relamía. El tal Envy no se dio vuelta para ver, pero escuchó los asquerosos sonidos del monstruo comiéndose al Humano. Se reía. Cómo odio a los Humanos...

- ¿Anouk Tomber: Capitana?
- ... -Contestó con un asentir de cabeza
- ¿Altair Fairsoul: Sargento?
- Sí, señor
- Y... -Leyó sorprendido el papel que llevaba en la mano- ¡Azver!
- Impresionante, ¿no? -Dijo con un toque de sarcasmo, y una media-sonrisa.

No puedo creer que a alguien le agrade este mastuerzo pensaba la Capitana mientras miraba de reojo a los dos hombres saludándose. Norrek Shiva era un tipo ligeramente alto, de pelo corto, negro opaco al igual que sus ojos. Su piel era increíblemente blanca, por lo que resaltaba con facilidad. Llevaba únicamente la parte de abajo del uniforme, arriba llevaba una remera negra. A excepción de los Automails que ocupaban el lugar de ambos brazos después del codo, su figura recordaba mucho a la de un antiguo Coronel cuyo nombre ya no era mencionado por Central. El Subteniente le llevaba poco más de una cabeza, cosa que le hizo reír a la joven Tomber. Todos la miraron.

- Bueno, los espero en mi oficina mañana por la mañana -Dijo el hombre apartando la mirada de ella y dirigiéndola a los tres. Luego volvió a posar su mirada en donde antes- El Teniente Fenrir me pidió que le entregara esto.
- ¿Liam Fenrir? -el Coronel asintió, dándole un sobre amarillento- Muchas gracias

Agarró su pesada valija y se encaminó hacia su antigua casa, perteneciente hacía unos años a su madre. Apenas llegó, abrió el sobre. En él había una carta y una flor.

Ana:

Me informó el Coronel Shiva que vas a ser trasladada a Central, al escucharlo me emocioné mucho. ¿Querrías ir la misma noche de tu llegada a cenar a algún lugar conmigo? Por favor, llamame después de leer esta carta. Si no contesto, es porque estoy con el trabajo (no le digas, pero el Coronel es muy pesado a veces). Igual voy a estar lo más atento posible

Liam Fenrir

Fue corriendo al teléfono. Después de tanto tiempo sin verlo, la volvían a trasladar. Pero la felicidad pasó a ser impaciencia al darse cuenta de que nadie contestaba. Volvió a llamar varias veces, y nada... Agarró el primer saco que vio, se lo puso, y salió a la calle. Si mal no recordaba, la casa de Liam quedaba al Noroeste del Cuartel General. No sabía la dirección exacta, pero sabía reconocerla. Se paseó por toda la zona, al llegar se encontró con una casa antigua y pequeña con pocas ventanas. Por ellas lo único que se veía era oscuridad. No parecía haber nadie adentro. Fue al Cuartel, tal vez seguía allí. Así como varios la saludaron al llegar, varios la miraron extrañados. Era joven, pero parecía MUY joven. Demasiado como para estar en la milicia. Se encontró con una cara conocida: Elysia Hughes, la secretaria del General.

- ¡Elysia! -Casi gritó.
- Qué bueno volverte a ver, Ana -Dijo con su sonrisa siempre tranquila. Se parecía mucho a su madre.
- Sí, mañana empiezo a trabajar... -Y, en un susurro- Me dijo Liam que mi nuevo superior, el Coronel, es muy pesado.
- ¿Norrek pesado? -Se echó a reír- No es que sea pesado, es muy estricto. Pero es buena persona
- Bueno. A lo que venía en realidad era a... -Puso cara pensativa, como si tratara de acordarse- ¡Ah, sí! ¿Liam sigue por acá?
- No, se fue hace unas horas. Quería recibirte, pero tenía demasiado trabajo... ¿No te entregó Norrek una carta de él?
- Sí, pero no contesta al teléfono, y en su casa no hay nadie
- Mmm, qué extraño... -Miró por la ventana, había empezado a llover hacía apenas unos minutos- No me lo imagino paseando por la ciudad...
- Bueno, no importa. Mañana lo voy a ver acá, así que... -Dirigió su mirada al mismo lugar que Elysia- ...No me tengo que preocupar

Liam Fenrir: Teniente. Superior: Norrek Shiva... Norrek Shiva... Cómo odio a los Humanos...

Fin del Capítulo

__________________________

Ya van apareciendo personajes conocidos, ¿no? A pesar de que esta historia es un FanFic de Full Metal Alchemist, trato de escribirlo para lectores no-fanáticos de FMA. Así que, cualquier cosa que no se entienda, por favor, pregunten ^^

Personajes Conocidos [spoilers del manga y el segundo anime]
- Elysia Hughes: Hija del Teniente Coronel Maes Hughes. Originalmente tiene 3 años, pero al suceder esto 20 años después... Su actitud y apariencia trato de que sea lo más parecida a Gracia (esposa de Maes, madre de Elysia).
- Envy: Homúnculo, cuya habilidad consiste en cambiar a cualquier forma que haya visto. Ya empezamos con el tiempo delirante; originalmente, Envy muere en Briggs (ciudad en el norte de Amestris), pero van a haber bastantes Homúnculos que deberían haber muerto o que deberían seguir vivos y no es así.

Nus vemous !!

Historia I - Ningún Lugar: Prólogo


Prólogo: En movimiento

- ¡Capitana Tomber! -Un hombre de, al parecer, corta edad corría en dirección a la distraída mujer de pelo rojizo. Ella, al darse vuelta, tiró accidentalmente todas las carpetas que estaba llevando. El chico la ayudó a levantarlas, dejando caer el papel que tenía anteriormente en la mano.
- ¿Qué es esto? -Preguntó la Capitana al agarrarlo.
- Emm.. Son órdenes de traslado a Central, señora
- ¿...A Central? -Terminó de digerir la idea- ¡¡Central!!
- Sí.. ¿Pasa algo?
- Desde que me trasladaron acá que no veo a Liam, lo extraño mucho... ¿Tenés idea de si fue trasladado alguien de mi equipo conmigo?
- Azver y yo -La cara de felicidad de la Capitana cambió inmediatamente al escucharlo.
- Bueno.. Supongo que voy a poder vivir un poco más con Azver en mi equipo -Suspiró- ¿Para cuándo el traslado?
- Mañana por la mañana
- Buenísimo, nos vemos en la estación entonces -Se despidió del chico y continuó su camino.

Se paseó por todo el edificio como si no lo conociera. Tardó bastante en llegar a su objetivo, pero lo logró. Dejó las carpetas en el escritorio de la Comandante Phoenix y se marchó a su casa. Tenía un aire de felicidad, parecía una niña a la cual acababan de dar un caramelo. Armó el bolso, y, agotada, se acostó en su cama con una enorme sonrisa dibujada en su cara.

Despertó muerta de hambre, ya que no había comido nada anoche. Desayunó en un lugar cualquiera y fue corriendo a la estación de tren. Llegó a tiempo, 5 minutos más y tenía que esperar al próximo. El Sargento y el Subteniente la esperaban sentados en un banco.

- ¡Capitana Tomber, ¿le pasó algo?! -Casi gritó preocupadísimo el chico. A su lado un hombre alto de pelo rubio grisáceo y ojos bordó miraba a la Capitana con una sonrisa irónica
- Obviamente no se quedó dormida -Dijo él, sarcástico.
- Como si a vos nunca te pasara -Contestó con el ceño fruncido- ¡Rápido que se nos va el tren!

Se sentaron en los primeros asientos que encontraron. El viaje fue algo incómodo para la Capitana. Ya que a su lado se sentaba el altísimo Subteniente, quien casi se queda dormido en su hombro.

Llegaron dos días después. Con caras de sueño, bajaron del tren y se dirigieron al vagón trasero a buscar sus valijas. Contemplaron el enorme edificio que se situaba en el medio de la ciudad, el Cuartel General Central. Habían llegado...

Fin del Prólogo

__________________________

Bueno, espero que les haya gustado este comienzo ^^
Para leer después del primer capítulo, los personajes de izquierda a derecha: Teniente Segundo Azver Madden, Capitana Anouk Tomber, Secretaria Elysia Hughes, Sargento Altair Fairsoul*, Coronel Norrek Shiva.

*creado originalmente por un amigo de España, Cristian, que me bancó mientras escribía la historia :D

Introducción

Relatos de la Milicia son unas historias que transcurren al rededor de 20 años después de la historia de Full Metal Alchemist, en Amestris. A pesar de que tiene un tiempo más o menos definido, hay algunas cosas que carecen de sentido (ejemplo: Homúnculos que deberían estar muertos están vivos, personajes que se deberían llevar 10 años tienen la misma edad). Los personajes van a ir variando, así que lo único que les puedo decir es que son muchos.

Bueno, ojalá la pasen bien leyendo y... comenten !!